viernes, 18 de diciembre de 2009

UNA SERIA REFLEXIÓN

toro10.jpg picture by Wajito
El periódico "EL PAÍS" incluye en su edición del día 17 de diciembre en sus páginas centrales, un extenso artículo sobre el debate que habrá de librarse en el parlamento Catalán sobre la prohibición de las corridas de toros.
No deja de llamar la atención la cada vez mayor participación de activistas en pro de los derechos de los animales en manifestaciones publicas que pretenden atraer la atención para lograr la prohibición de los festejos taurinos.
A lo anterior habrá que abonar que el espectáculo ha caído en una especie de letargo durante los últimos años y que carece del brillo de otras épocas.
Nuestro país no puede sustraerse a este efecto dominó de la economía global y de los problemas que plantea la crianza del toro bravo.
Esta situación se ha traducido en una caída importante en el número de festejos taurinos celebrados en ferias de la República Mexicana que tuviera un repunte importante allá por los años ochenta cuando Manolo Martínez lideraba el escalafón taurino en nuestro país y era el mandón absoluto imponiendo ganaderías y alternantes en los carteles.
Con la complicidad del Doctor Alfonso Gaona, empresario del coso de Insurgentes por muchos años, Manolo logró acaparar el mercado nacional.
Surgieron nombres como "Curro" Rivera, Mariano Ramos, Antonio Lomelín, David Silvetti, Miguel Espinoza "Armillita", Manolo Arruza, por mencionar algunos que vinieron a darle brillo a la fiesta brava.
Desde luego no podemos dejar fuera de esta lista al acérrimo rival de Manolo y me refiero a Eloy Cavazos que toreaba lo que quería en cuanta plaza lo anunciaban y que era una garantía para los empresarios en taquilla.
Pero de pronto la fiesta en nuestro país ha experimentado una especie de decadencia y eso se echa de ver temporada tras temporada con la inclusión de coletas españoles que son los que parten el bacalao aquí y en Sudamérica .
Es evidente que así sea por el oficio de los españoles que son a la fiesta brava lo que los brasileños al futbol si se me permite tal comparación y toda proporción guardada.
Así que a últimos años, los que rifan son españoles como Enrique Ponce, José Tomás, Joselito, "El Fandi", Morante de la Puebla, "El Juli", Sebastián Castella (este último francés) y una pléyade de coletas que ganan lo que quieren y en donde quieren.
Nuestra vacada está flaca y solo se asoman algunos nombres de espadas mexicanos que se tienen que conformar con los festejos de nuestro país porque obvio en España no interesan.
La carta fuerte era Eulalio López "El Zotoluco" para pelearle las palmas a los españoles, pero sus representantes simplemente no llegan a un acuerdo y a la México hace mucho tiempo que no se para ni para tomarse la foto.
Manolo Mejía con figura anti estética de sí, ahora luce más arrobas que antes y se ve hasta apurado de sus facultades físicas, se echa de ver que está tocando puerto y deberá en un futuro cercano pensar en la despedida.
Rafael Ortega, Jerónimo Aguilar, Humbreto Flores, Octavio García "El Payo", Alfredo Ríos "El Conde", Ignacio Garibay, son solo algunos de los que más o menos torean regularmente en nuestras plazas.
El que viene arrollando fuerte sin duda es Arturito Macías "El Cejas" que por lo pronto ya le dio un baño esta temporada a José Tomás.
Ahora el tercio de banderillas es un mero trámite y ha quedado confinado a ser hasta un tercio incómodo para peones de brega banderilleros que lucen abultados abdómenes y quienes pasan las de Caín para dejar los palitroques a donde sólo Dios les da a entender bajo la primisa de que: "Todo es toro".
Habrá que resucitar a los hermanos del maestro Fermín Espinoza "Armillita", a Juan y Zenaido que amén de ser grandes rehileteros eran unos verdaderos orfebres sobre el pandero.
Habrá que desenlatarlos de aquellas viejas películas de los años 30 para darse cuenta de la calidad de subalternos que eran y recordar el deleite que provocaban con sus bregas a una mano.
Habrá entonces que pensar en replantear el desarrollo de la fiesta de forma que se adecuen algunos aspectos técnicos a las exigencias de algunos activistas en pro de los animales.
Por ejemplo, ¿qué tal reducir el tamaño de los arpones de las banderillas o incluso el de las puyas?.
A mi en lo particular me parece hasta escandalosa la coraza de la que han revestido a los caballos de pica; son verdaderas fortalezas de cuatro patas.
¿Cuántas faenas no se han desperdiciado porque el matador en turno se la pasó pinchando toda la tarde?
¿Acaso se podría suprimir la suerte suprema y hacerlo como en Portugal de regresar al toro vivo al corral para poder darle muerte y usando métodos modernos como la pistola de aire?
Estas en todo caso son algunas reflexiones de alguien que lleva años y años viendo corridas de toros y que siente que algunos cambios se vienen haciendo necesarios, sobre todo porque hay que reconocer que la fiesta  
se está haciendo vieja y viene arrastrando muchos vicios.

Gloria y larga vida a la fiesta brava!

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