viernes, 17 de febrero de 2012

SI, UN DEMONIO DE PASIÓN...

Tengo en mis manos un ejemplar de la primera edición de la obra titulada "Manolo Martínez, un demonio de pasión" editado por la casa editorial Diana y que data de 1990.

De la fecunda creación del afamado empresario Guillermo H.Cantú, surge esta magistral obra como un tributo a la memoria del que tal vez haya sido el mejor torero de México.

Ésto último sin duda será motivo de controversias como las que Manolo desató en su tiempo.

Es la obra compendio de la azarosa vida torera del diestro de Monterrey al que tuve el enorme privilegio no solo de verle actuar en el ruedo sino de tratarle escasamente en encuentros a veces no muy afortunados por su carácter irascible y dominador.

Más allá de los conceptos vertidos hacia su persona en la obra de Cantú, habrá que citar que Manolo fue el verdadero y auténtico mandón de la fiesta brava en nuestro país.

Esta condición trascendió al favoritismo que le dispensaban empresarios como: Alfonso Gaona, Alberto Bailleres, José Chafik, Javier Garfias y algunos otros hombres del toro que encontraron en Manolo al referente, a la figura que representaba en su tiempo la supremacía no solo en la interpretación del toreo sino en la forma en que se administraba la fiesta brava en nuestro país: la confección de carteles, la alternativa de prospéctos a matador de toros y hasta de la selección del ganado.

Se han hablado de los vicios que caracterizaron a Mamuel Martínez Ancíra como las corridas arregladas o inclusive el tamaño de las muletas que utilizaba.

Una cosa es innegable y es el hecho de que a casi 16 años de su muerte, los que le vimos interpretar el toreo, seguimos añorando su regreso en la persona de un mesías que habrá de mandar en la fiesta como lo hizo Manuel.

Hoy son varios los toreros que aspiran a ocupar ese lugar de privilegio y aunque veo en ellos condiciones artísticas favorables y un desempeño esperanzador, por otra parte no he podido percibir la fuerza y el carácter para tomar el cetro del rey absoluto.

Hubo algunos que tuvieron la oportunidad y la desecharon como Miguel Espinosa "Armillita", Jorge Gutiérrez y David Silveti a quien la muerte le privara de conseguir este privilegio.

Fue David sin duda quien pudo haberse consagrado como el eje del toreo en México, solo que víctima de sus propios demonios, David, "El Rey David" decidió privarse de la existencia el 12 de noviembre del 2003 y así privarnos de también de la dicha de contar con la primer figura de nuestro toreo y el mandón de nuestra fiesta.

El 16 de agosto de 1996, partió Manolo de este mundo para dejarnos simplemente el recuerdo de su grandeza en los ruedos.

Nuevas generaciones de toreros ahora forjados en España; tal es el caso de Arturo Saldívar, Diego Silveti, Juan Pablo Sánchez, Fermín Spíndola, José Mauricio, Angelino de Arriaga, Joselito Adame y el novillero Sergio Flores por citar algunos, abren la posibilidad de encontrar ese referente del toreo en México que dé brillo a nuestra fiesta y también identidad...

!Ojalá que así sea¡

Y que nunca se nos olvide:

"Manolo, Manolo y yaaaaaaaa!!!!!"





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