viernes, 30 de septiembre de 2011

MESÓN TAURINO "JUANA GALLO"

En las inmediaciones de Mixcoac, para ser precisos en avenida Patriotismo a un lado de la Mega tienda del pelícano, sentó sus reales mi buen amigo Miguel Angel García, quien abrazara la profesión del toreo allá en sus mocedades pero metido a restaurantero poseía un pequeño restaurante con aroma torero.

Adornado como se podrán imaginar de cualquier cantidad de carteles y sobre todo de una interesantísima y abundante colección de cabezas disecadas de toros famosos lidiados por primeras figuras del toreo.

Recuerdo entrañable de mis buenos amigos por ejemplo de Don Bernardo "El Pescado", gran persona que siempre me dispensó con sus atenciones.

Dueños absolutos de mis quincenas y de mi paladar se apoderaron de mi atención y de mi insistente concurrencia a esas improvisadas tertulias en las que libamos siempre un excelente vino de la cava de mi buen amigo Miguel Angel servido en esos porrones inacabables.

La charla improvisada, la trivialidad de nuestros temas, pero siempre acompañados de una buena comida salpicada eso si de ese excelso néctar de la vid servido en porrones de cristal.




En el renglón culinario destacaban en mi humilde opinión dos protagonistas: el filete de pescado "a la camino", y el famoso "filete "miura".

Aquellas fuentes abundantes de mariscos enjaezadas con aquellos calamares rellenos eran un excelente marco para celebrar acontecimientos importantes, trabar una interesante charla, cerrar un trato, iniciar un romance y hasta propiciar una reconciliación.

En aquel recinto consumimos horas entrañables de festines gástricos y charlas interminables; eso si, sobre el tema taurino: ¿qué más?

Miguel, amante de la naturaleza y de lo sencillo, contaba con una media fuente en su patio torero y solía adornarla de frutas de la estación que bañadas por aquella incansable cascada, regocijaban a los comensales quienes disfrutaban de los boleros y pasodobles que mi buen amigo Bernardo nos dispensaba.

¡Que tiempos, que nostalgia, que momentos!

Al día de hoy, el predio fué vendido o expropiado o no se que pasó pero es un terreno baldío que seguramente el tiempo le convertirá en edificio de condominios o vaya usted a saber.

No volví a saber del paradero de mis buenos amigos, en cambio tengo la esperanza de encontrarles algún día porque sé que tenían un restaurante en el centro de la ciudad creo llamado "La mojarra torera".

Me enteré de la muerte de Miguel Angel años más tarde y con la demolición del predio ubicado en Mixcoac, murió toda una época enmarcada en los años ochenta.

De todo aquello y de las "marichisas" del 15 de septiembre, solo queda el recuerdo...

Pero eso si: ¡Siempre vivirán en mi memoria!

Si antes no me gana el Alzheimer...

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