martes, 14 de diciembre de 2010

SIGUE LA MATA DANDO

Es en fin la fiesta brava en México un remedo, un mal remedo de lo que es en España.

Me queda claro que al público de La México le importa bien poco las condiciones del toro en el ruedo y se deja sorprender por artilugios baratos como un cambio de muleta por la espalda ligado con un natural o un desdén.

El grito ingenioso, la mentada de madre, la bronca de borrachos en el tendido es ahora lo que ocupa y distrae al público de lo que realmente acontece en el ruedo.

Es el caso que esta turba de ignorantes ahora avientan cojines al ruedo hasta para festejar una faena; tal ocurrió con Sebastián Castella que cuando regresó a Guadalupano a los corrales ya indultado, el pandero se cubrió no solo de prendas de vestir y sombreros, sino de una generosa cantidad de cojines.

En el estricto apego de tener que emitir un juicio certero para determinar si el indulto fue acertado o exagerado, habremos de abonar en favor del pupilo de Teófilo Gómez que nunca se cansó de embestir una y otra vez y que además fue fijo en el engaño; ¡pero nada más!

Su embestida no fue del todo clara y en mi opinión le faltaron algo así como 2 gramos de clase.
De cualquier manera disfrute con la faena del francés que dicho sea de paso es un torero intuitivo que hasta sabe improvisar en la cara del toro.

Angelino, y perdónenme que se los diga, pero está demostrado que no tiene ningún avance y que pronto se ha rezagado como un torero del “montón”.

Será en todo caso interesante ver al debutante Saldivar otra tarde porque a mi juicio en el primero le ganó el pánico escénico y en el segundo topó con lo peorcito del encierro.

Otro descalabro más para la ganadería en México porque salvo Guadalupano que salió a defender el honor de la divisa queretana, las corridas anteriores han estado para el arrastre con sus honrosas excepciones como los pupilos de Javier Sordo o aquel de regalo de Santa María de Xalpa lidiado por “El Payo”.

Lo demás ha dejado mucho, pero mucho que desear sobre todo en el renglón de la bravura y de la raza.

De la presentación, ya hablaremos en otro espacio.